domingo, 7 de diciembre de 2014

C/2014 Q2 LOVEJOY AL CLARO DE LUNA

Este sábado no hubo lluvia, pero las nubes se complotaron para cubrir el cielo casi por completo, y el espacio entre las nubes una espectacular luna llena, bellísima y fatal para los astrónomos.

Los movimientos de nubes parecían dar espacio a la ilusión de que se fueran: "De tanto en tanto, tregua de nubes para los amantes de la luna" (Bashô). Así que decidimos esperar comiendo a la luz de luna. La luz de la luna llena es un misterio que ha enloquecido a los pintores. Basta con haber pintado de niño para sospechar cuan titánico debe ser intentar logra el mismo efecto. Uno de los que lo consiguió fue el inglés William Turner. Habremos estado comiendo con una luz como esta:
La espera se matizó con una charla filosófica sobre los sueños. Como un mensaje cifrado para los que estaban anoche, les envío este haiku del poeta japonés Buson: “Ni una hoja se mueve. ¡Qué miedo la arboleda en verano!”.
Tarde, se despejó. No pudimos observar al C/2014 K1 Panstarrs, que ya debe ser tan poco brillante que con luna llena fue imposible. Si pudimos observar al gran protagonista de los cielos cometarios, el C/2014 Q2 Lovejoy. Aún en un cielo lechoso por la Luna era claramente visible aún para el que no hubiere acostumbrado la vista a la oscurida, con una magnitud 7.0 y una coma con una fuerte condensación central y bastante extendida. Un magnífico espectáculo, que seguramente se hará más espectacular hasta que llegue la fecha de su máximo brillo previsto, a mediados de enero.
Aquí va una toma de 30 segundos a ISO 1600 a las 5,10 del 7-12-14, a minutos del alba y con la luna llena brillando,
Los autores son Francisco Alsina Cardinali y Juan Manuel Biagi, con un telescopio
Meade LX 200 25 cm. y una Cámara Canon Eos Digital Rebel XS.

2 comentarios:

  1. Excelsa descripción de la noche. Saludos, Alberto!

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  2. Gracias Camilo! Los astrónomos amateurs somos los que podemos estar en contacto con el goce los astros como goce estético, a la ciencia actual le falta un toque de amor por la naturaleza, que era común en los naturalistas de antaño (como Humboldt), desde aquí tratamos de retomar este espíritu, como lo hacemos desde el Observatorio. Nos vemos pronto!

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