viernes, 19 de diciembre de 2014

MÁS DATOS CIENTÍFICOS DE ROSETTA


Tras la accidentada aventura de Philae, prosigue  la investigación científica del cometa 67P/Churyumov–Gerasimenko, con la sonda Rosetta acompañándolo en su fase de acercamiento al Sol hasta llegar al perihelio el 13 de agosto de 2015. Los datos obtenidos durante las 64 horas que duraron las baterías del lander continúan siendo analizados, a la espera de que un golpe de suerte permita que se vuelvan a cargar cuando aumenten las horas de luz solar.
Ya sin la preocupación del “acometizaje” de Philae, la órbita de Rosetta se fija para aprovechar al máximo sus instrumentos científicos en la fase de escolta al cometa. Entre el 3 y el 13 de diciembre se abandonó la órbita de 30 km. de acercamiento para pasar a una de 20 km. que permitió mapear partes extensas del núcleo a alta resolución, y para recoger gas, polvo y plasma. El aumento progresivo de la actividad del núcleo promete fascinantes oportunidades para obtener datos científicos antes de que la actividad se intensifique y obligue a alejar la órbita.
Los accidentados aterrizajes de Philae fueron aprovechados (una especie de “desgracia con suerte”) por el instrumento Ptolomeo para obtener muestras de tres lugares distintos del núcleo cometario en su búsqueda de compuestos orgánicos, especialmente en el polvo eyectado tras el primero, unos 20 centímetros. Las oportunidades se triplicaron pero no sabemos los resultados todavía.
Sí sabemos los resultados del análisis del vapor de agua analizado por el espectrómetro de masas ROSINA. Era un resultado muy esperado. Resulta que el contenido en deuterio del agua del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko triplica el de los océanos terrestres a diferencia de los valores medidos en otros cometas de la familia de Júpiter.
Los análisis de ROSINA sobre la composición isotópica de los diversos gases presentes en la coma del 67P incluyeron, claro está, el vapor de agua (gran parte de los hielos que conforman la componente volátil del cometa es hielo de agua). La incógnita estaba centrada en el porcentaje de deuterio presente en las moléculas de agua. El deuterio es hidrógeno pesado (su núcleo contiene un neutrón adicional). Se esperaba que el cociente deuterio/hidrógeno presente en el vapor de agua del 67P Churyumov-Gerasimenko fuera similar al agua de los océanos terrestres, ya que dicho cociente en los dos cometas de la llamada “Familia de Júpiter” estudiados (45P/Honda-Mrkos-Pajdusakova y 103P/ Hartley 2) así lo era. Pero el 67P resultó un cometa de la “Familia de Júpiter” distinto (¿debido a su núcleo binario?): su cociente deuterio/hidrógeno triplica el de los océanos terrestres.
Obviamente, con solamente 3 cometas de la “Familia de Júpiter” estudiados, no podemos saltar a conclusiones sobre el origen del agua en la Tierra. Lo cierto es que el cociente D/H de los cometas provenientes de la nube de Oort estudiados (el Halley, el Hale-Bopp, el Hyakutake, entre otros) es diferente al agua terrestre.

Los resultados de Rosina parecen reforzar la idea de que el agua nos vino de algunos de los asteroides que impactaron sobre la Tierra (y sobre la Luna, como se puede apreciar en su accidentada superficie intacta por la falta de atmósfera y de erosión) en el llamado “Gran Bombardeo Tardío”, que se produjo hace entre 3.900 y 3.700 millones de años.

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