sábado, 24 de octubre de 2015

¿HABITAREMOS LOS COMETAS? (PARTE 2)

A partir de la página 355 de “El Cometa” Carl  Sagan y Ann Druyan nos invitan a soñar con civilizaciones liliputenses evolucinando en cometas:

Es una ley de la biología y también de las relaciones humanas que el aislamiento fomenta la diversidad. Imaginemos una época en el futuro lejano con millones de cometas habitados, cada uno de los cuales albergará no más de unos centenares de personas. Dentro de la Nube de Oort, un mensaje de radio necesitará un día o más para llegar de un cometa colonizado a otro. Quizás esto mantendrá cierta homogeneidad cultural entre esa multitud de mundos, pero la falta de visitas frecuentes permitirá una lenta divergencia de las normas culturales y de comportamiento y una enorme diversificación de opiniones sociales, políticas, económicas, religiosas y de otro tipo. Esta evolución podría tener grandes beneficios para la especie humana; sin embargo, es difícil imaginar las ventajas que podría reportar a los Estados de la Tierra por separado, las únicas organizaciones actuales con suficiente dinero para pagar la factura; y los Estados nacionales han preferido históricamente anteponer sus beneficios propios de corto plazo al bienestar de la especie. Por este, y otros motivos, la época en que la mayoría de los miembros de la especie humana se ha dispersado por los cometas queda todavía muy lejos. Pero, a corto plazo, y si la tecnología espacial continúa desarrollándose, iremos a donde haya superficie, agua y materias orgánicas, es decir, a los cometas.
Si en el futuro lejano acabamos poblando no solo los pequeños mundos vecinos, sin también los cometas de la misma Nube de Oort, habremos llegado, mediante una serie de pequeños pasos, a medio camino de la estrella más próxima. Existe una progresión natural que lleva desde allí al resto de la galaxia. La colonización de la galaxia se producirá de modo natural si poblamos la Nube de Oort. Los cometas individuales están ligados de modo tan flojo a la Nube que las perturbaciones gravitatorias casuales debidas al paso de otras estrellas los liberan en cantidades enormes. Los cometas se independizan del Sol y trazan luego lentas piruetas a través del espacio interestelar por sus propios medios. En el futuro lejano, cometas desprendidos de la Nube de Oort se liberarán de las cadenas de la gravedad solar y empezarán a sembrar la humanidad por lo menos en las partes más próximas de la galaxia.
Aunque no se lleve a cabo una colonización de los cometas, algún día nos dispondremos a explorar los espacios transplutonianos y entonces será lógico aprovisionarnos de carburante en los cometas. En tal caso, los cometas continuarán siendo nuestros peldaños hacia las estrellas. Quizás ellos mismos acaben convertidos en naves espaciales destinadas a otros sistemas estelares, que tardarán miles de generaciones o más para acercarse a una nueva estrella y despertar el dormido bosque cometario a la luz solar tanto tiempo olvidada.


Núcleos cometarios situados en las proximidades de Saturno sostendrán dentro de unos cuantos siglos el crecimiento de inmensas formas arbóreas producto de la ingeniería genética. Pintura de Jon Lomberg.
Sobre los “árboles de Dyson”:

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