sábado, 28 de marzo de 2015

UN FANÁTICO COMETARIO EN "CARTAS MARRUECAS" DE JOSÉ CADALSO


Estaba leyendo un antiguo libro español del siglo XVIII, “Cartas marruecas”, de José Cadalso, y encontré una curiosa referencia a nuestra pasión astronómica. El libro utiliza una treta estilística común entre los autores de la Ilustración que querían criticar el estado cultural y político de su país: simular un intercambio de cartas entre viajeros pertenecientes a una cultura no europea en las que narran las experiencias de un viaje por un país europeo. Es un ejercicio literario más que interesante, porque por primera vez los europeos se ponían en perspectiva de ser contemplados por los no-europeos como ellos lo hacían con los demás: los europeos pasaban a ser los que se comportaban de manera extraña. De todas maneras, el propósito principal era el de atacar las ideas del “antiguo régimen” por irracionales aún para los habitantes de países supuestamente menos civilizados. La obra que inició la moda fue “Cartas Persas” de Montesquieu.
Lo cierto es que el protagonista marroquí de “Cartas marruecas” narra su extrañeza frente a una carta que recibe de una cristiana en la que le cuenta sus penurias con los seis matrimonios a los que la obligó su padre, sin nunca poder consumar. El último es un fanático cometario (reproducimos el texto completo, la parte “cometaria” en negrita). ¿Qué haría el lector de nuestro blog?   

“Al entrar anoche en mi posada, me hallé con una carta cuya copia te remito. Es de una cristiana a quien apenas conozco. Te parecerá muy extraño su contenido, que dice así:

Acabo de cumplir veinticuatro años, y de enterrar a mi último esposo de seis que he tenido en otros tantos matrimonios, en espacio de poquísimos años. El primero fue un mozo de poca más edad que la mía, bella presencia, buen mayorazgo, gran nacimiento, pero ninguna salud. Había vivido tanto en sus pocos años, que cuando llegó a mis brazos ya era cadáver. Aún estaban por estrenar muchas galas de mi boda, cuando tuve que ponerme luto. El segundo fue un viejo que había observado siempre el más rígido celibatismo; pero heredando por muertes y pleitos unos bienes copiosos y honoríficos, su abogado le aconsejó que se casase; su médico hubiera sido de otro dictamen. Murió de allí a poco, llamándome hija suya, y juró que como a tal me trató desde el primer día hasta el último. El tercero fue un capitán de granaderos, más hombre, al parecer, que todos los de su compañía. La boda se hizo por poderes desde Barcelona; pero picándose con un compañero suyo en la luneta de la ópera, se fueron a tomar el aire juntos a la explanada y volvió solo el compañero, quedando mi marido por allí. El cuarto fue un hombre ilustre y rico, robusto y joven, pero jugador tan de corazón, que ni aun la noche de la boda durmió conmigo porque la pasó en una partida de banca. Diome esta primera noche tan mala idea de las otras, que lo miré siempre como huésped en mi casa, más que como precisa mitad mía en el nuevo estado. Pagóme en la misma moneda, y murió de allí a poco de resulta de haberle tirado un amigo suyo un candelero a la cabeza, sobre no sé qué equivocación de poner a la derecha una carta que había de caer a la izquierda. No obstante todo esto, fue el marido que más me ha divertido, a lo menos por su conversación que era chistosa y siempre en estilo de juego. Me acuerdo que, estando un día comiendo con bastantes gentes en casa de una dama algo corta de vista, le pidió de un plato que tenía cerca y él la dijo: -Señora, la talla anterior, pudo cualquiera haber apuntado, que había bastante fondo; pero aquel caballero que come y calla acaba de hacer a este plato una doble paz de paroli con tanto acierto, que nos ha desbancado. -Es un apunte temible a este juego.

El quinto que me llamó suya era de tan corto entendimiento, que nunca me habló sino de una prima que él tenía y que quería mucho. La prima se murió de viruelas a pocos días de mi casamiento, y el primo se fue tras ella. Mi sexto y último marido fue un sabio. Estos hombres no suelen ser buenos maridos. Quiso mi mala suerte que en la noche de mi casamiento se apareciese un cometa, o especie de cometa. Si algún fenómeno de éstos ha sido jamás cosa de mal agüero, ninguno lo fue tanto como éste. Mi esposo calculó que el dormir con su mujer sería cosa periódica de cada veinticuatro horas, pero que si el cometa volvía, tardaría tanto en dar la vuelta, que él no le podría observar; y así, dejó esto por aquello, y se salió al campo a hacer sus observaciones. La noche era fría, y lo bastante para darle un dolor de costado, del que murió.


Todo esto se hubiera remediado si yo me hubiera casado una vez a mi gusto, en lugar de sujetarlo seis veces al de un padre que cree la voluntad de la hija una cosa que no debe entrar en cuenta para el casamiento. La persona que me pretendía es un mozo que me parece muy igual a mí en todas calidades, y que ha redoblado sus instancias cada una de las cinco primeras veces que yo he enviudado; pero en obsequio de sus padres, tuvo que casarse también contra su gusto, el mismo día que yo contraje matrimonio con mi astrónomo”.

jueves, 26 de marzo de 2015

LA TEORÍA Y LA OBSERVACIÓN COMETARIA EN UN GRABADO DE “COMETOGRAPHIA”


Debemos agradecer a Carl Sagan por un libro tan bello como “El cometa”, libro que estamos comentando con frecuencia en este blog. En la página 53 encontramos un grabado que pertenece a la obra de Johannes Hevelius “Cometographia”: “La cubierta de la “Cometographia” de Hevelio muestra tres sabios del siglo XVII debatiendo los méritos de varias hipótesis sobre el movimiento cometario, indicadas por los diagramas que exhiben. Mientras los sabios discuten, aparece sobre ellos en el cielo un cometa real. Al parecer ellos no se dan cuenta, pero sus ayudantes lo observan desde la azotea del observatorio”.
La opinión seguramente es la más acertada. Pero creo que olvida que en la pintura clásica se solía reunir en un mismo espacio, en un mismo cuadro, dos escenas que no son contemporáneas.


Por ejemplo, en “La anunciación” de Fra Angelico, la escena principal es la anunciación a María por el Arcángel Gabriel del nacimiento de Jesús, mientras que en el fondo se observa la expulsión de Adán y Eva del Paraíso. La relación es causal: el hecho de la escena principal se debió al de la escena secundaria (Cristo vino para redimir el pecado original de Adán y Eva).

El grabado es bellísimo. Yo creo que más bien narra los dos aspectos de la astronomía cometaria: el aspecto teórico, en primer plano (¿acaso los astrónomos modernos no suelen desdeñar la observación también?) y el aspecto observacional, en el segundo plano. Tendríamos la misma relación de causalidad escena secundaria-escena principal que en el cuadro de Fra Angelico. Además, el grabado es particularmente cercano a nosotros: los que observan desde el techo lo hacen como nosotros solemos hacerlo desde nuestros techos.

lunes, 23 de marzo de 2015

IN THE DAYS OF THE COMET. La novela cometaria de H. G. Wells


Cuando conseguí online este libro tuve una gran alegría y comencé ansiosamente su lectura. La verdad es que esperaba mucho del genio de Wells, que estuvo ausente en esta novela. El gran problema es la trama central (amorosa/política).
Los problemas del protagonista son bastante tediosos, lo interesante de la narración es cuando aparece la presencia ominosa de un nuevo cometa y como va evolucionando en los cielos ingleses:

“¡Algo hermoso flotando ahí, una aparición verde y blanca en las profundidades del cielo oscuro! Aparecía más brillante que la Luna porque era más chico, pero la sombra que proyectaba-aunque más definida-era más leve que la de la Luna. Notaba este hecho mientras observaba mis dos sombras que me precedían”
 
“Para ese entonces el cometa había comenzado a asumir la forma de nube que todos recordamos por miles de fotografías y dibujos. Al principio era un mancha en el telescopio y luego aumentó su brillo hasta alcanzar las dimensiones de la estrella más grande, luego siguió creciendo, hora por hora, increíblemente rápido en su silencioso e inevitable avance hacia la Tierra, hasta que sobrepasó a la Luna. En ese momento era la cosa más espléndida que alguna vez haya pasado por nuestros cielos. Nunca vi una fotografía que diera una idea de lo realmente espectacular que era. En ningún momento tuvo la clásica cola que los cometas deberían tener. Los astrónomos hablaban de su doble cola, una que lo precedía y otra detrás, pero pronto desaparecieron, así que más bien tenía forma redonda, como humo luminoso con un corazón más intenso y brillante. Encima del horizonte se veía de color rojo intenso, y sólo adquiría su distintivo color verde cuando se liberaba de las neblinas del atardecer”.
  
 “Uno esperaba su salida, pero cada noche aparecía como una sorpresa. Siempre aparecía más brillante de lo que uno esperaba, siempre más grande y con algún rasgo nuevo, ahora con un disco verdoso y menos luminoso a su alrededor (…) Brillaba con su propia luz y proyectaba una sombra brillante y fosforescente. Mientras ascendía hacia el zenit, con los últimos destellos de luz del Sol que abdicaba, su iluminación verdosa hacía desparecer la realidad diurna y difundía una atmósfera fantasmal que rodeaba todas las cosas (…) En casi todas las ciudades las autoridades cancelaron la iluminación de las calles, se podía leer la letra chica de los periódicos en el resplandor”. 

La traducción de estos párrafos se realizó para esta entrada del blog.

Cuando el cometa ingresa a la atmósfera terrestre se desintegra en una extraña niebla verde. La segunda parte empieza luego de que el protagonista despierta del profundo sueño en que todos los seres vivos del planeta han caído. El despertar semeja una experiencia psicodélica: todo es mucho más hermoso y todos experimentan un enorme amor por el prójimo. Se ha producido un gran cambio en el planeta, explicado por el aumento del nitrógeno presente en su atmósfera que parece haberse llevado la ansiedad de nuestras mentes cuando se tornó respirable. El nitrógeno respirable provoca no sólo cambios psicológicos sino también un sensible aumento del vigor físico. Todos se despiertan con una sonrisa, como después de ciertas anestesias. El resultado, sin embargo, es una reconstrucción utópica de la vida en la Tierra que algunos hallarán deseable y otros un infierno (aunque ya no haya crímenes ni malos sentimientos).
Como verán, el cometa no es el protagonista, ya que he traducido los párrafos más salientes sobre él y no caí en el spoiler.
Quizás la novela hubiera sido más interesante si hubiera habido algún tipo de conflicto entre los efectos “benéficos” del cometa sobre nuestro planeta y las ideas del protagonista.
Esta novela salió en 1914, cuatro años después del gran pánico del Halley (centrado sobre sus supuestos gases venenosos) y justo antes del inicio de la I Guerra en 1914.

La mejor novela cometaria sigue siendo, a mi modo de ver, “Héctor Servadac” de Jules Verne: http://cometasentrerios.blogspot.com.ar/2014/04/la-mejor-novela-sobre-cometas-hector.html

jueves, 19 de marzo de 2015

EL COMETA HALLEY POR LA PIONEER VENUS 1 EN 1986


Esta entrada se la debemos a Juan Manuel Biagi, Coordinador de la Sección Astronáutica de la Asociación Entrerriana de Astronomía. Fue él quien me pasó el dato y una imagen: el cometa Halley observado por la sonda Pioneer Venus 1. Esta sonda fue lanzada en 1978 y entró en órbita en el infernal segundo planeta de nuestro sistema solar en 1980. Desde entonces y hasta 1992 cumplió una serie de experimentos cruciales para aumentar nuestro conocimiento sobre Venus, el más destacado fue realizar un mapa global de su superficie por radar (ya que la atmósfera es tan increíblemente densa que imposibilita la observación directa).
Mientras orbitaba Venus, la Pioneer Venus 1 (también llamada Pioneer 12) en febrero de 1986, se encontró con una situación inmejorable: podría observar al cometa Halley mientras era inobservable desde la Tierra debido a su cercanía con el Sol. Fue un paso bastante cercano a Venus (0.27 UA el 4 de febrero de 1986). Las observaciones de la Pioneer Venus fueron anteriores a las obtenidas por las sondas soviéticas, europeas y japonesas integrantes de la “Armada Halley”, que se cumplieron en marzo de 1986. Los datos obtenidos fueron importantes para determinar la tasa de pérdida de vapor de agua en perihelio, las medidas de hidrógeno y oxígeno en los meses previos al perihelio y también se llegó a la conclusión que la presencia del campo magnético del cometa no generaba efectos mensurables en el viento solar que incidía sobre Venus.  
La imagen que veremos a continuación fue creada a partir de datos recogidos por el Espectrómetro Ultravioleta de la Pioneer entre los días 2 y 6 de febrero de 1986 mientras la nave orbitaba a una altura fija y el cometa pasaba mientras se escaneaba su coma. Esta imagen de falso color (los colores más claros indican la señal más fuerte) muestran la nube de iones de hidrógeno alrededor del núcleo que, al momento de la observación, era el objeto más grande del sistema solar y, según el tamaño de la coma, el agua se evaporaba a una tasa de ¡40 toneladas por segundo!
Fuente:

http://www.nasa.gov/centers/ames/multimedia/images/2005/comets1_prt.htm



sábado, 14 de marzo de 2015

EL MARAVILLOSO DIARIO DE OBSERVACIÓN DE TSUTOMU SEKI (SEGUNDA PARTE)

El lector del blog sabrá de mi predilección por los buscadores de cometas japoneses, me remito a esta entrada:
Y quizás algún lector benevolente recordará esta entrada:
en la que nos referíamos al diario de observación del Tsutomu Seki como “un tesoro oculto en internet y una verdadera delicia para los que consideramos la búsqueda de cometas como bastante más que astronomía”.  Ahora ofrecemos otras 3 entradas, traducidas en exclusiva para este blog:

En esta entrada vemos al maestro descubridor de 6 cometas y 225 asteroides atendiendo, durante una noche lluviosa a 6 mujeres en el Observatorio del que es Director y hablando sobre … extraterrestres. La conclusión… están ahí fuera.


12 de febrero de 2001.
Desde principios de febrero hace un poco más de calor, pero el tiempo no ha sido bueno. Hoy estuvo nublado y más tarde comenzó a llover. A pesar de ello, seis mujeres del pueblo de  Umanoue visitaron el observatorio de Geisei. Con una presentación de diapositivas, aprendieron sobre las constelaciones de invierno y se maravillaron con la misteriosa Vía Láctea invernal. Vieron galaxias en el borde exterior del universo observadas por telescopio Subaru a una distancia de 1,3 millones de años luz. En las noches claras los visitantes ven el cielo a través del telescopio y nada más, pero en las noches nubladas se presentan entretenimientos que encuentran más interesantes. Con los visitantes pude reflexionar sobre el universo y los extraterrestres sólo porque estaba nublado. Nuestra conclusión del debate de esta noche fue que hay muchos extraterrestres.

Una noche no muy fructífera salvo por los solitarios cerezos en flor. Hanami es una tradicional celebración japonesa en la que se contemplan las flores de los cerezos recién nacidas, incluso de noche.

03 de abril de 2001.
La luna era brillante pero fui al observatorio porque el  C/2001 A2 está cada vez más alto en el cielo.  Aunque la luna era apenas un poco más gorda que cuarto creciente, el cielo estaba sorprendentemente brillante. El cometa era apenas visible a través del refractor de 20 cm a 60x. La estimación visual de su magnitud fue de 10.5 y su tamaño 3'. Podrá ser un poco más brillante.
 La colina donde se encuentra el observatorio estaba animada con los cerezos en flor. Había muchas lámparas de papel rojas colgadas, listas para Hanamir, abajo en el estacionamiento, pero no había ni un solo visitante porque era martes y también hacía frío.

En esta entrada se muestra un ejemplo del verdadero espíritu científico: si no se conoce algo, se lo reporta, se lo fotografía, se buscan ejemplos antiguos, y si no hay explicación… no la hay.

19 de abril de 2001.
Mientras tomaba fotografías de campos de estrellas en la segunda sala de observación (Sala de Observación de Cometas), observé una nube de color carmesí que flotaba en el cielo del norte. Esta nube resplandeciente lentamente se movió hacia el este por alrededor de una hora en la Osa Mayor. Las nubes son generalmente de color blanquecino. ¿Por qué ésta era carmesí? No puede ser una aurora boreal en latitudes medias, ¿verdad? Hace mucho tiempo me carteaba con una señora mayor aficionada a la astronmía que vive en un lugar llamado Hakawa en la ciudad de Ino. Ella me dijo que había visto un resplandor carmesí similar a una aurora boreal por encima de las montañas de Shikoku durante el Período Meiji.
La fotografía fue tomada con una lente de 24 mm y una exposición de 30 minutos. La película, SUPERIA 400.


Copyright (C) 1999-2014 Tsutomu Seki .

viernes, 13 de marzo de 2015

EL FANTASMA DEL COMETA C/2015 D1 SOHO

El 18 de febrero de este año el Observatorio Solar y Heliosférico (SOHO) de la NASA descubrió un nuevo cometa “rasante” (es el número 2875 descubierto por SOHO), el C/2015 D1 SOHO. Los cometas rasantes son aquellos que tienen un perihelio muy cercano al Sol, de manera que en su inmensa mayoría terminan desintegrados y son poquísimos lo que sobreviven para gozar de nuevos perihelios, la mayor parte en varios fragmentos. Casi todos los cometas rasantes pertenecen a la llamada “Familia de Kreutz” y no son otra cosa que el fruto de sucesivas fragmentaciones de un cometa gigantesco (el C/2015 D1 no es, sin embargo, un Kreutz).
Los cometas rasantes suelen ser los que dan grandes espectáculos en el cielo, debido no solamente a la luz del Sol reflejada por el núcleo (tan cercano al Sol) sino por las grandes cantidades de gases liberados, que también reflejan mucha luz solar. Hasta hace poco esos cometas espectaculares eran los únicos cometas rasantes que podíamos observar. Pero a partir de 1981 descubrimos que los cometas rasantes son una multitud (hoy se estima que son 1/3 de todos los cometas) y que la mayoría van a hundirse en el Sol sin que lo sepamos siquiera. En ese año comenzaron las observaciones de satélites equipados con un coronógrafo. El primer fue el Solwind, le siguieron SMM y en 1995 SOHO. Los coronógrafos nos permiten observar a los cometas rasantes llegando muy cerca al Sol. El coronógrafo usa un disco opaco para bloquear el Sol, permitiendo a los astrónomos el estudio de la corona solar y del espacio adyacente al Sol.
Así se veía el C/2015 D1 SOHO cuando se descubrió:


 NASA/ESA
Un cometa como el C/2015 D1 probablemente no debería haber sobrevivido a su encuentro cercano con el Sol hace dos semanas. El C/2015 D1 (SOHO) fue descubierto el 18 de febrero por el  aficionado tailandés Worachate Boonplod en las imágenes de SOHO y afrontó su perihelio el día siguiente. Las fragmentaciones o, más usualmente, las desintegraciones se producen generalmente antes del perihelio. Y todos recordarán las idas y venidas con la desintegración del cometa ISON, que al final resultó que se había desintegrado y lo que se vio después del perihelio fueron los restos de la desintegración con la forma de una nube de polvo.
Increíblemente, el cometa sobrevivió al perihelio y salió intacto del campo del coronógrafo del SOHO pero no por mucho tiempo. Todavía invisible desde la Tierra por el resplandor del Sol, el núcleo colapsó en secreto y se vaporizó en miles de millones de partículas de polvo. Ese polvo soplado por el viento solar y reflejando la luz solar fue fotografiado como si fuera una aparición fantasmal del cometa recientemente desintegrado. Ambas fotografías pertenecen al día 27 de febrero, así se lo veía en el cielo:



Jost Jahn


Michael Jaeger

Fuente:  www.skyandtelescope.com/observing/how-to-catch-a-ghost-comet-that-is03042015/  

lunes, 9 de marzo de 2015

88P/HOWELL DESDE ORO VERDE

El domingo a la madrugada no era la mejor noche para observar cometas. Sumemos: la contaminación lumínica habitual (de la que cada día es más difícil escapar), una luna llena al 96% alta en el cielo bañando todo con su luz y sólo un cometa por debajo de la magnitud 12 y que, para peor, sólo cruzaría el horizonte a las 4 de la mañana y a las 6 de la mañana estaría por debajo de los 20 grados (el límite para una correcta observación cometaria), con lo que implica a esa hora la cercanía del horizonte: la combinación de las luces de la ciudad y del Sol naciente. Generalmente en esas condiciones no se ve por el ocular otra cosa que una especie de blanco lechoso tachonado por algunas estrellas. Pero había algo a favor para observar al 88P/Howell: el cielo estaba espectacularmente límpido. Intentamos observarlo visualmente a las 5,30 y las estrellas aparecían claras y límpidas, pero el cometa (que debe rondar una magnitud de 10.5) no se veía. Otra desgracia: me había olvidado el buzo y estaba solamente de remera. Ustedes se reirán, pero hasta en los días más calurosos del año el Observatorio se torna el polo en la madrugada (y encima creo que hubiera tenido frío hasta con el buzo que me había olvidado). Así que a las 5,30 estaba muerto de sueño y de frío. Es mérito de Camilo Satler haber propuesto sacar una fotografía (yo me imaginaba que el 88P saldría en foto, pero ya añoraba una frazada) y de Francisco Alsina Cardinalli haber obtenido una serie de fotografías, y de Camilo una vez más, porque fue quien lo descubrió en las fotos (a la izquierda de la estrella brillante en el centro)

Aquí va nuestro nuevo amigo el 88P/Howell, en una sola toma a ISO 1600 de 30 segundos (todavía no aprendí a apilar las tomas).
(Datos de la fotografía: Telescopio Meade LX 200 25 cm. y Cámara Canon Eos Digital Rebel XS)

miércoles, 4 de marzo de 2015

“COHERENCE”, UN FILM SOBRE COMETAS Y FÍSICA CUÁNTICA


El sábado disfruté una buena película cometaria, la norteamericana “Coherence” del director James Ward Byrkit. Comienza con un grupo de amigos y amigas que se reúnen, después de cierto tiempo, a cenar. Esa misma noche se espera el paso cercano a la Tierra de un cometa, el cometa “Miller”. Los primeros 20 minutos son bastante difíciles de soportar, nos introducen en la problemática de los protagonistas (celos, cuentas pendientes, infidelidades) y si no fuera porque sabía que la peli se introduciría en otras cuestiones la hubiera abandonado (sobre todo por el molesto manejo de la cámara estilo Dogma 95, que ya ha cansado bastante: si quieren ver maestría narrativa con poco presupuesto, vean a Orson Wells). En la conversación surge la noticia del cometa y alguien recuerda que en su anterior paso se produjeron inquietantes historias sobre apariciones de dobles y de sustitución de personas. En eso se cortan la luz, el teléfono e Internet (como sabremos después)… y ahí comienza lo bueno.
Dos de los protagonistas salen a la calle, donde todo está oscuro, y se dirigen a la única casa iluminada. Para no hacer mucho “spoiler”, basta con decir que en esa casa, y varias más,  se encuentran “otras versiones” de los mismos protagonistas cenando y que esas “otras versiones” interactuarán con los protagonistas, al punto que buena parte de la trama gira sobre cómo reconocer si estamos en presencia de los protagonistas o de sus dobles de otro universo. Y ahí viene lo más interesante de la película, la relación con la física cuántica y los universos paralelos.
Recordemos que la física cuántica comienza con la extraña comprobación que los electrones se comportaban, al mismo tiempo como partículas y como ondas. La “ecuación de Schrödinger” describió matemáticamente en 1925 el movimiento de la onda que acompaña al electrón dentro de un átomo, lo que se conoce como la función de onda. La función de onda es un campo dentro del cual puede estar una partícula sub-atómica en un momento dado, se trata siempre de probabilidades, no de certezas. Dejamos la palabra a nuestro admirado Michio Kaku (“Universos Paralelos”, Ed. Atalanta, 2008):
“Bohr y Heisenberg formularon finalmente el conjunto completo de recetas en un libro cuántico de cocina que ha funcionado en los experimentos atómicos con una magnífica precisión. La función de ondas sólo nos dice la probabilidad de que el electrón esté localizado aquí o allí. Si la función de ondas es grande en un punto determinado, significa que hay una gran probabilidad de que el electrón esté allí. (Si es pequeña, es improbable que el electrón pueda encontrarse allí.) Por ejemplo, si
pudiéramos «ver» la función de onda de una persona, sería notablemente parecida a la persona en sí. Sin embargo, la función de onda también se filtra suavemente hacia el espacio, lo que significa que hay una pequeña posibilidad de que la persona pueda encontrarse en la Luna. (En realidad, la función de onda de la persona se extiende por todo el universo.) Esto también significa que la función de onda de un árbol puede decirnos la probabilidad de que esté de pie o caído, pero no puede decirnos definitivamente en qué estado se encuentra. Cuando miramos un árbol, el árbol está definitivamente delante de nosotros: está en pie o caído, pero no ambas cosas. Para resolver la discrepancia entre las ondas de probabilidad y nuestra noción de sentido común de la existencia, Bohr y Heisenberg partieron de la base de que, después de que un observador externo haga una medición, la función de onda se «colapsa» mágicamente y el electrón cae en un estado definido: es decir, después de mirar un árbol, sabemos que está realmente en pie. Dicho de otro modo, el proceso de observación determina el estado final del electrón. La observación es vital para la existencia”. (204/205)
Es decir, un objeto existe en todos los estados posibles simultáneamente, sólo cuando lo observamos conocemos con precisión su estado definido y la función de onda “colapsa”.
La física cuántica parece surgir de una novela de ciencia ficción pero su poder de predicción la hace incontrovertible. Incluso un adversario como Einstein (“Dios no juega a los dados”) no pudo con ella.
Dentro de la física cuántica hay diversas explicaciones para lidiar con el momento del “colapso de onda”, con el momento en el que la observación determina la posición de un objeto, para saber si el gato de Schrödinger está vivo o muerto antes de abrir la caja:
“Imaginemos un gato encerrado en una caja. Dentro de  la caja hay una botella de gas venenoso, conectada a un martillo, que a su vez está conectado a un contador Geiger colocado cerca de una pieza de uranio. Nadie discute que la descomposición radiactiva del átomo de uranio es un suceso meramente cuántico cuyo próximo evento no se puede predecir. Digamos que hay un 50% de posibilidades de que un átomo de uranio se desintegre en el próximo segundo. Pero, si lo hace, pone en marcha el contador Geiger, que acciona el martillo, que rompe el vidrio y mata al gato. Antes de abrir la caja, es imposible decir si el gato está vivo o muerto. En realidad, para describir al gato, los físicos añaden la función de onda del gato vivo y del gato muerto, es decir,  ponemos al gato en un mundo imaginario en el que está un 50% muerto y un 50% vivo simultáneamente. Ahora abrimos la caja. Tan pronto como miramos su interior realizamos una observación, la función de onda se colapsa y vemos que el gato está, por ejemplo, vivo. Para Schrödinger, esto era una tontería. ¿Cómo puede un gato estar muerto y vivo al mismo tiempo sólo porque no lo hemos visto? ¿Existe súbitamente en cuanto lo observamos? A Einstein tampoco le complacía esta interpretación”. (212/213).
Como dice Kaku, la mayoría de los físicos piensan que pensar filosóficamente cuestiones como la de este pobre gato es un sinsentido, pero si queremos entender nuestro mundo debemos darle vueltas a la pregunta de si el gato está vivo o muerto antes de abrir la caja. La física cuántica ofrece varias soluciones posibles. La de Andrei Linde-es la conciencia del observador la que determina si el gato está vivo o muerto, porque si no hubiera observadores no existiría el universo-es una fuente de posibles obras maestras literarias: ¿quién es la primera conciencia de cuya observación surgió la existencia del universo? Otras soluciones, como la “decoherencia” de Dieter Zeh y la “suma de caminos” de Richard Feynman, son más “amigables” con el universo newtoniano en el que hemos crecido conceptualmente.
La solución del físico Hugh Everett es la solución que usa “Coherence”: el gato está vivo en un universo y muerto en otro universo alternativo:
“el gato está vivo y muerto al mismo tiempo porque el universo se ha partido en dos. En un universo, el gato está muerto; en otro, está vivo. En realidad, en cada coyuntura cuántica, el universo se divide por la mitad, en una secuencia interminable de división de universos. Todos los universos son posibles en este guión, cada uno tan real como el otro. Los que viven en cada universo podrían protestar vigorosamente diciendo que su universo es el real y que todos los demás son imaginarios o fraudulentos. Estos universos paralelos no son mundos fantasmagóricos con una existencia efímera; dentro de cada universo, tenemos el aspecto de objetos sólidos y acontecimientos concretos y tan objetivos como los otros (…) Si esta interpretación es correcta, en este mismo instante nuestro cuerpo coexiste con las funciones de onda de unos dinosaurios enzarzados en un combate mortal. Coexistiendo en la habitación donde estamos está la función de onda de un mundo en el que los alemanes ganaron la Segunda Guerra Mundial, en el que deambulan alienígenas del espacio exterior, en el que no habríamos nacido. El truco es que ya no podemos interaccionar con ellos, porque están en decoherencia con nosotros”. (226/227)
Y en la película el perigeo del cometa permite que durante pocas horas los universos alternativos entren en coherencia entre sí y los que cenan en cada uno de ellos pueden interaccionar con su yo alternativo y sus amigos alternativos. La grandeza de la película es que la trama gira sobre cual es el grado de aceptación que cada uno tiene de su propia vida (y no sobre grandes explosiones que destruyen ciudades).
En un momento dado, los protagonistas (los originales o los de otro universo) salen a ver el cometa que, parece ser, tiene un momento muy preciso de perigeo, ya que lo vemos pasar como un bólido. A diferencia de los grandes bodrios hollywoodenses de ciencia ficción (que los propios astrónomos aficionados suelen admirar), aquí la cosmología está al servicio de la trama, que plantea interrogantes sobre como nos comportaríamos nosotros, personas comunes y no super-héroes, en la misma situación.
Las influencias estilísticas (salvo los movimientos de cámara) son claramente de la inolvidable serie “La dimensión desconocida”. De hecho, al introducir la temática de los universos paralelos cuánticos, Kaku menciona un episodio de “The twilight zone”, y el propio director reconoce la influencia. La película me ha hecho tomar la determinación de volver a ver la serie, que forma parte de mi juventud, pues la vi ya de grande en un canal llamado USA (ahora, me parece, es Sci-Fi, pero no lo pasa mi cable) en muchas inolvidables siestas de sábado-3 episodios y una peli de monstruos o animales gigantescos de los años 50. Esas siestas ya no volverán, quizás en un universo alternativo siguen dando “La dimensión desconocida” y yo la sigo viendo.
La lectura de “Universos paralelos”, como la lectura de cualquier otra obra de Kaku, es un placer del que nadie debería abstenerse. Se lo ha comparado con Sagan y tiene una ventaja sobre él: es más abierto de mente, se permite jugar con la filosofía sin tener miedo de “rebajar la sacrosanta ciencia”, y como es más abierto se puede permitir reflexionar sobre el fenómeno OVNI sin incurrir en la histeria que sobre el tema mostró Sagan.
Cerramos esta entrada con la última cita de Kaku, en la que reconoce la necesidad de filosofar sobre la cosmología:
“(…) es posible que los filósofos sean los últimos en reír. La teoría cuántica está incompleta y descansa sobre una base filosófica tambaleante. Esta controversia cuántica obliga a reexaminar la obra de filósofos como el obispo Berkeley, que en el siglo XVIII afirmaba que los objetos existían sólo porque los humanos están aquí para observarlos, una filosofía llamada «solipsismo» o «idealismo». Si cae un árbol en el bosque pero nadie lo ve, no cae realmente, dicen. Ahora tenemos una reinterpretación cuántica de los árboles que caen en el bosque. Antes de hacer la observación, no sabemos si ha caído o no. En realidad, el árbol existe en todos los estados posibles simultáneamente: puede estar quemado, caído, convertido en leña, en polvo, etcétera. Una vez hecha la observación, el árbol aparece de pronto en un estado definido y vemos, por ejemplo, que ha caído. Comparando la dificultad filosófica de la relatividad y la teoría cuántica, Feynman señaló en una ocasión: «Hubo un tiempo en que los periódicos decían que sólo doce hombres comprendían la teoría de la relatividad. No creo que existiera nunca un tiempo así. [...] Por otro lado, creo que puedo decir con toda seguridad que nadie comprende la mecánica cuántica». Según dice, la mecánica cuántica «describe la naturaleza como absurda desde el punto de vista del sentido común. Y está totalmente de acuerdo con el experimento. Por tanto, confío en que podamos aceptar la naturaleza tal como es: absurda» (210/211)

domingo, 1 de marzo de 2015

LOS ÁRBOLES DE DYSON, UNA IDEA PARA VOLVER VERDES LOS COMETAS

 “Los cometas contienen agua y los productos químicos nutritivos esenciales para la vida, y un indicio de su potencial como vehículo de la vida es la sugerencia reciente de que somos nosotros quienes podríamos sembrarlos. A Freeman Dyson, de Princeton, le gustaría que los ingenieros genéticos preparasen árboles capaces de crecer en los asteroides ricos en carbono y en los cometas. Habrían de adaptarse en el vacío espacial. Los cometas de las nubes de Oort aportarían en conjunto una superficie mucho mayor que la de la Tierra, pero el Sol está lejos y es débil, de manera que los árboles tendrían que ser inmensos, de muchos kilómetros de grosor, para recoger la suficiente luz solar.
Vistos desde lejos, los cometas semejarían una gran maleza en una pequeña maceta. Otras plantas, junto con animales y personas, podrían vivir en las ramas de los gigantescos árboles, cerrando el círculo de la evolución humana desde los árboles de la selva de nuestros antepasados primates hasta las viviendas arborícolas de los hombres del espacio. Si los cometas atraviesan el espacio entre las estrellas, entonces la gigantes la vegetación se extenderá con bastante facilidad de un sol a otro; si no, las semillas de los gigantescos árboles tendrán que ser mucho mucho mas resistentes para sobrevivir a los largos viajes a la deriva por el espacio, como los cocos que flotan de una isla a otra, o bien ser transportados por los humanos que viajen de una a otra estrella. Estas son algunas de las recetas de Dyson para volver verde nuestra galaxia”.

De: “¡Que viene el cometa!”, de Nigel Calder, Editorial Salvat, Barcelona, 1985 (págs.138/139).

Ilustración: http://spaceplasma.tumblr.com/post/55592943919/the-dyson-tree-a-dyson-tree-is-a-hypothetical