miércoles, 30 de diciembre de 2015

LA TEORÍA COMETARIA EN 1744. “TRATADO DEL COMETA QUE APARECIÓ EN DICIEMBRE DE 1743”

Ya hemos abrevado en esta belleza de libro del siglo XVIII escrito por Jean Philippe Loys de Cheseaux. Ahora quería traducir algunos párrafos que exponen la teoría cometaria vigente en 1744, cuando salió este libro inspirado por el Gran Cometa de 1743. Es un curioso momento, en el que se sabía todavía poco:
 “Un gran volumen no sería suficiente si se quisiera reunir todo los que los filósofos y los astrónomos han escrito sobre los cometas, pero si nos atenemos a las opiniones que parecen más verosímiles, bastarían algunas páginas” (p.12/13)
Pero las leyes de la gravitación de Newton ya mostraban el camino, aunque la gran prueba todavía no se había producido: el retorno del cometa Halley. Pero las propias leyes newtonianas empezaban a confirmar la antigua teoría que Séneca reportaba como propia de los caldeos y de los estoicos: los cometas son una “especie de planetas”:
“Se considere a los cometas como una especie de planetas tan antiguos como nuestro mundo o se los considere como exhalaciones pasajeras, lo cierto es que sus movimientos y rutas están determinadas por las leyes de gravitación o atracción de Newton, cuya realidad parecen demostrar todos los fenómenos celestes. Esto dicho, si los cometas son exhalaciones emanadas del Sol, deberían (aplicando dichas leyes) salir de este astro en línea recta, lo que es manifiestamente contrario a las observaciones de todos los cometas. Pero si los cometas son una especie de planetas, es cierto que son muy distintos de los planetas propiamente dichos (…) Los cometas pueden ser cometas menos densos que los otros planetas y por ello menos calientes porque están destinados a pasar la mayor parte de su órbita lejos de la fuente de calor que es el Sol. Esa poca densidad les impide tener satélites. En ninguno de los cometas que se han observado con telescopios desde hace 80 años y que se han acercado a la Tierra más que ningún otro planeta se han observado satélites”. (p.36/37).
Sorprende la conclusión del sabio francés, a casi 3 siglos, una verdadera anticipación de la nube de Oort y de la pluralidad de sistemas planetarios:

“Los cometas serían planetas singulares, destinados a ocupar la parte del espacio que se encuentra entre el Sol y las estrellas fijas, espacio realmente inmenso y necesario para separar a los diferentes sistemas del Universo y evitar la atracción entre ellos” (p.40).

sábado, 26 de diciembre de 2015

COMETAS GIGANTES PODRÍAN PONER EN PELIGRO LA VIDA EN LA TIERRA


Están tan distantes de la Tierra que los Centauros aparecen como puntos de luz, incluso en los telescopios más grandes. 200 km luna de Saturno, Phoebe, el satélite de 200 kilómetros de Saturno, probablemente es un Centauro capturado por la gravedad de ese planeta en algún momento en el pasado. Hasta que se envíen naves espaciales a visitar otros centauros, sabemos cómo se ven por imágenes como ésta, obtenida por la sonda espacial Cassini que orbita Saturno. La nave espacial New Horizons de la NASA, después de haber sobrevolado Plutón hace seis meses, realizará una aproximación a un objeto trans-neptuniano de 45 kms. de ancho a finales de 2018.
Crédito: JPL-Caltech / Space Science Institute de la NASA /

Un equipo de astrónomos del Observatorio Armagh y de la Universidad de Buckingham informa que el descubrimiento de cientos de cometas gigantes en el sistema planetario exterior en las últimas dos décadas significa que estos objetos representan un peligro mayor para la vida que los asteroides. El equipo, compuesto por los  profesores Bill Napier y Duncan Steel de la Universidad de Buckingham, el profesor Mark Bailey y el Dr. David Asher del Observatorio Armagh, publicó el resumen de sus investigaciones recientes en la edición de diciembre de la revista “Astronomy and Geophysics”, la revista de la Royal Astronomical Society.
Estos cometas gigantes, llamados centauros, se mueven en órbitas inestables que cruzan los caminos de los planetas exteriores masivos Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. Los campos gravitacionales planetarios ocasionalmente pueden desviar estos objetos hacia la Tierra.
Los Centauros tienen típicamente 50 a 100 kilómetros de diámetro y uno sólo de ellos contiene más masa que toda la población de asteroides que cruzan la Tierra encontrados hasta la fecha. Los cálculos de la velocidad a la que los centauros entran en el sistema solar interior indican que uno será desviado hacia un camino que cruza la órbita de la Tierra alrededor de una vez cada 40.000 a 100.000 años. En el espacio cercano a la Tierra  se espera que se desintegren en fragmentos grandes y en polvo, inundando el sistema solar interior de escombros del cometa y haciendo los impactos en nuestro planeta inevitables.
Trastornos graves del medio ambiente terrestre y las interrupciones en el progreso de las civilizaciones antiguas, junto con nuestro creciente conocimiento de la materia interplanetaria en el espacio cercano a la Tierra, indicarían la llegada de un Centauro hace alrededor de 30.000 años. Este cometa gigante habría sembrado el sistema planetario interior con restos que van en tamaño desde polvo hasta fragmentos de varios kilómetros de diámetro.
Episodios específicos de agitación del medio ambiente entre los años 10.800 AC y 2300 AC, identificados por los geólogos y paleontólogos, también son consistentes con esta nueva comprensión de las poblaciones cometarias. Algunas de las mayores extinciones masivas en el pasado distante, por ejemplo la muerte de los dinosaurios hace 65 millones de años, pueden también  estar asociadas con esta hipótesis de un cometa gigante.
El profesor Napier comenta: "En las últimas tres décadas hemos invertido mucho esfuerzo en el seguimiento y análisis del riesgo de una colisión entre la Tierra y un asteroide Nuestro trabajo sugiere que tenemos que mirar más allá de nuestro vecindario inmediato también, y mirar más allá de la órbita de Júpiter para encontrar centauros. Si estamos en lo cierto, entonces estos cometas distantes podrían ser un peligro grave, y es el momento para entenderlos mejor".
Los investigadores también han descubierto pruebas de distintos campos de la ciencia en apoyo de su modelo. Por ejemplo, las edades de los cráteres submilimétricos identificados en rocas lunares traídas por el programa Apolo se remontan casi todos a menos de 30.000 años, lo que indica un gran aumento en la cantidad de polvo en el interior del sistema solar desde entonces.
Traducción de:

martes, 22 de diciembre de 2015

INTERNATIONAL COMETARY EXPLORER-LA PRIMERA SONDA EN CONTACTAR UN COMETA (Y LA PRIMERA EN SER MANEJADA POR AFICIONADOS)

En el imaginario colectivo ha quedado la impresión de que el primer cometa visitado por una sonda espacial fue el Halley, pero ese dato no es exacto (aunque solamente por una jugada oportunista de la NASA).
El primer cometa visitado por un artefacto humano fue el 21P/Giaconini-Zinner y la sonda fue la International Cometary Explorer (ICE), nacida como International Sun-Earth Explorer-3 (ISEE-3). La ISEE-3 fue lanzada en 1978 a un punto de Lagrange entre la Tierra y el Sol (fue la primera en hacerlo), en una misión conjunta entre la NASA y la ESA, para estudiar la interacción entre el campo magnético de la Tierra y el viento solar.

El equipamiento que transportaba la hacía ideal para estudiar la interacción del viento solar con la coma de un cometa, y así fue que tras completar su misión la ISEE-3 pasó a llamarse ICE y en 1982 comenzó una serie de maniobras, incluidas varias asistencias  gravitacionales de la Luna, para llegar a una órbita heliocéntrica que le permitiera encontrar la cola de plasma del cometa Giacobini-Zinner.

El 11 de septiembre de 1985 atravesó la cola del 21P a unos 7.800 kms. del núcleo (la sonda no tiene cámara, así que no hay imágenes de ese momento). Algunos meses después, en marzo de 1986, atravesó la cola del cometa Halley a casi treinta millones de kilómetros del núcleo, asistiendo a la distancia a la “Armada Halley”, las sondas europeas, japonesas y soviéticas que se aproximaron por primera vez al núcleo de un cometa.
Y si bien es cierto que colaboraron a la distancia, también es cierto que la maniobra que cambió el destino, y el nombre, de la sonda fue una simple maniobra política de la NASA para no quedar fuera de la “moda cometaria”, tras haberse retirado de la “Armada Halley” por problemas presupuestarios. Carl Sagan compara la maniobra política del ICE con el frustrado intento de los soviéticos de traer muestras de la Luna justo antes de que lo hiciera el Apolo XI con la sonda no tripulada Luna 15.
En 1991 la NASA definió una nueva misión solar para la ICE: la investigación de las eyecciones de masa coronarias, en coordinación con el equipo de la sonda Ulysses. Dicha misión terminó en 1997. Tras un breve contacto en 1999, cuando la NASA verificó la señal, no hubo más señal de la ICE. En 2008 se especuló con despertar a la ICC durante su acercamiento a la Tierra de 2014 para poder lanzarla hacia otros cometas, pero nada se intentó.
Esta peculiar sonda también fue la primera en ser “reanimada” de su estado de hibernación por …¡un grupo de aficionados privados!
Un grupo de ingenieros, programadores y científicos lanzaron en abril de 2014 el “ISEE-3 Reboot Project”, que se proponía “recapturar” la sonda para lanzarla hacia otros cometas. Se juntó dinero via Crowfounding para los gastos de programación y uso de antenas de comunicación en mayo de 2014, con el tiempo corriendo para la inminente aproximación de la sonda (en órbita solar) a la Tierra a principios de junio, aproximación que permitiría ahorrar mucho combustible, del poco que quedaba en la sonda.
Era una verdadera hazaña, la Nasa había informado en enero de 2014 que el equipamiento de señales para contactar la sonda había sido dado de baja en 1999 y que sería demasiado costoso reemplazarlo. Pero como la NASA no tenía siquiera intenciones de volver a usar la sonda, le concedió al ISEE-3 Reboot Project la misma, así como un viejo edificio en el NASA Ames Research Park como centro de control de la misión.
Reemplazando viejo equipo con software que lo simulaba y usando tiempo del radiotelescopio de Arecibo, el equipo estableció contacto el 29 de mayo de 2014 con la sonda dormida y el 2 de julio pudo encender sus propulsores, preparando la maniobra de mediados de julio, con la que se intentaría un tirón gravitatorio de la Luna. Pero los posteriores intentos de encender los propulsores fallaron, probablemente por la pérdida del nitrógeno necesario para presurizar los tanques de combustible. El 24 de julio de 2014 se anunció que el control de la propulsión de la nave había fallado y que se trataría de realizar mediciones científicas usando el equipamiento de la sonda (funcionaban 5 de los 13 instrumentos).
Pero no funcionó, el  25 de septiembre de 2014 se anunció que se había perdido todo contacto con la sonda y que sería difícil reestablecerlo, por cuanto la órbita de la misma luego del sobrevuelo de la Luna era incierta. A su vez, lejos del Sol sus paneles solares dejaron de funcionar y con tan poca energía la nave entró en modo seguro. Para despertarla se necesitaría transmitir información a un punto preciso de una órbita que se desconocía (tras tantos años de vagar sometida a los antojos de la gravitación).
Y así la ICE, antigua ISEE-3, sigue su sueño eterno, tras ese breve y heroico despertar, su vuelo en sueños eléctricos.

lunes, 21 de diciembre de 2015

UNA OBSERVACIÓN DEL SIGLO XVIII. “TRATADO DEL COMETA QUE APARECIÓ EN DICIEMBRE DE 1744” POR JEAN PHILIPPE LOYS DE CHESEAUX

En Google Books, un arcón de tesoros para los que amamos los libros antiguos pero no podemos comprarlos, se puede encontrar el tratado de Jean Philippe Loys de Cheseaux sobre el cometa de 1744, que el lector recordará como el cometa con muchas colas y una extraña melodía:
El libro se llama “Traité de la comete qui a parut en decembre 1743” y el título sigue ocupando toda la primera hora, como era de estilo en 1744.
El libro tiene una parte teórica que he disfrutado mucho y que pronto compartiré, pero ahora les dejo la descripción de la primera observación de Jean Philippe Loys del Gran Cometa de 1744 (en mi traducción):

“Este cometa fue visto por primera vez en Harlem el 10 de diciembre de 1743 por Mr. D…, quien fue, según creo, el descubridor. Nosotros no lo observamos hasta tres días después, de la siguiente manera.
El 13 del mismo mes, después de varios días de cielo nublado, deseoso de ver si había algo nuevo en el cielo, distinguí entre las constelaciones del Triángulo y Piscis una estrella que me pareció extraordinaria, era más grande que las estrellas fijas de cuarta magnitud y más pequeña que las de tercera magnitud. Cuando se la observaba atentamente, su diámetro parecía más grande que el de cualquier estrella, pero su luz más débil las asemejaba a las fijas, a simple vista no presentaba ni cola ni cabellera, pero con una lente de 3 pies se veía una pequeña cola y con una de 14 se veía más ostensiblemente, aunque igualmente corta. Esta estrella, que debía ser un cometa, se parecía bastante a la Nebulosa de Andrómeda, aunque más luminosa. En su centro no se distinguía un punto brillante como una estrella sino solamente un resplandor de luz más brillante que en los bordes”.
Cualquiera que haya observado un cometa de magnitud 3.5 como el Gran Cometa de 1744 cuando lo observó nuestro autor, 3 días después de descubierto, podrá reconocer la apariencia de lo que habrá visto, incluso podríamos fijar la densidad de la coma por las indicaciones (centro difuso en vez de puntual).

Por último, un poco de envidia por los astrónomos de los siglos en los que no había luz eléctrica, que podía simplemente salir a “ver si había algo nuevo en el cielo”.

jueves, 17 de diciembre de 2015

LAS IMÁGENES DE OSIRIS AL ALCANCE DE TODOS

El 14 de diciembre la misión Rosetta de la ESA anunció que se encontraban disponibles online las tan esperadas imágenes de las cámaras OSIRIS de ángulo amplio (WAC) y de ángulo  estrecho (NAC).

El álbum está disponible en http://imagearchives.esac.esa.int/ . Son dos secciones, NAC y WAC. Ambas tienen distintos 2 álbumes que cubren las fases de crucero y la cometaria. Hay fotos de los sobrevuelos de la Tierra, Marte y los asteroides Lutetia y Steins.







Las fotos cometarias son el plato fuerte y se trata de las imágenes que se utilizaron para elegir el sitio de aterrizaje de Philae.
Se ha anunciado una nueva entrega, en enero, con las imágenes de la fase de observación cercana (a 10 kms.) y de la fase de la órbita alrededor del núcleo.





sábado, 12 de diciembre de 2015

LAS DOS COLAS DEL COMETA CATALINA


Una espléndida imagen del C/2013 US10 CATALINA de Damian Peach, probablemente el mejor fotógrafo cometario. La cola azul y quebrada es la cola de iones, formada por el gas del cometa ionizado por el viento solar que brilla por fluorescencia. La cola blanca está formada por el polvo eyectado del núcleo y brilla reflejando la luz solar.

ESPERANDO LAS GEMÍNIDAS CON MI ABUELO Y UN JEREZ

En la madrugada del sábado, después de trabajar unas horas en la computadora, salí a disfrutar del diáfano cielo de fines de primavera, una rareza en nuestra temporada de lluvia. Cerca del máximo de la lluvia de las Gemínidas, y recordando la espectacularidad que habían mostrado estos meteoros el año pasado, salí a “pescar” alguna. No digo a observar, porque eran cerca de las 4 y el radiante se encontraba un poco por debajo de los 25 grados sobre el horizonte, el límite que la IMO (International Meteor Organization) fija para que la observación sea válida, por la extinción atmosférica.
Con el fresco en la piel, cómodamente sentado y tomando un poco de jerez (soy un viejo carcamán de 45 años, por eso suelo tomar bebidas de antaño como cognac o anís) recordé que mi abuelo solía dormir en verano “al sereno” en un “catre” en la galería, en las épocas en que la gente no tenía la paranoia del aire acondicionado. Y así, hermanados por la sensación del fresco en la piel luego de un día agobiante, me dejé llevar por el flujo de los recuerdos, estimulado por Sirio y las Híadas. Recuerdos que dejan, a medida que envejecemos, menos dolor por lo que nos falta y más serena alegría, pensando en cómo nos recordarán a nosotros, y que en todo estos años (de nuestras vidas, la de nuestros padres, la de nuestros abuelos), todos los 12 de diciembre las estrellas están en el mismo lugar de la bóveda nocturna.

Ah, no vi ninguna Gemínida (¿este año habrá menos?).

jueves, 10 de diciembre de 2015

EL VINO DEL COMETA EN “SOBRE LOS ACANTILADOS DE MÁRMOL” DE ERNST JÜNGER


¿Se acuerdan de el “vino del cometa” (http://cometasentrerios.blogspot.com.ar/2015/08/el-vino-del-cometa.html )? Fue una grata sorpresa encontrar una referencia a esta bella superstición en una de las grandes obras de uno de mis escritores favoritos, el alemán Ernst Jünger. En “Sobre los acantilados de mármol” Jünger logra un relato de una belleza transparente y clásica. La interpretación de que el “Gran Guardabosque”, la ominosa figura que va destruyendo el mundo perfecto de los habitantes de la Ermita sobre los acantilados de mármol, dedicados al estudio, es Hitler (la novela es anterior a la II Guerra Mundial), parece difícil de refutar. Los jóvenes estudiosos deben animarse a conocer las profundidades del valor por imperio del deber, en la lucha contra el caos.
En una de las tantas alabanzas al poder transformador de la locura dionisíaca, se habla del vino del cometa:
“En tales días, dominados como estábamos por la nostalgia, también cerrábamos las puertas que daban al jardín, pues el perfume de las flores era demasiado fuerte para nuestros sentidos. Llegada la tarde, enviábamos a Erio a la cocina de las rocas para que Lampusa le entregara un cántaro del vino obtenido el año del cometa”
La descripción de la biblioteca del herbario, como un santuario del placer tranquilo del estudio (“cuando estamos satisfechos, las más frugales dádivas de la vida colman nuestros sentidos”) les recordará muchas sensaciones a todos los que tienen la suerte de haber pasado aunque sea una noche en un observatorio:
“Una puerta vidriera comunicaba la terraza con la biblioteca. Por las mañanas, cuando hacia buen tiempo, la puerta permanecía abierta de par en par, de manera que hermano Othon, sentado ante su gran mesa de trabajo, gozaba de las delicias del jardín. Siempre me gusto entrar en aquella habitación, en cuyo techo se dibujaban grandes sombras verdes y, cuyo silencio era suavemente rasgado por el gorjeo de los pájaros y el zumbido de las abejas (…) De noche me reunía con hermano Othón en el pequeño vestíbulo, junto a la chimenea, donde un haz de maderas bien resecas ardían vivamente. Cuando el trabajo del día había ido bien nos gustaba explayarnos en indolentes conversaciones en las que uno avanza por caminos trillados, saludando fechas y autores al pasar. Nos entreteníamos jugando con mil rarezas del saber: recordando citas poco frecuentes, que a veces rozaban lo absurdo. Y para tales juegos la muda legión de esclavos aherrojados en cuero o pergamino nos prestaba un excelente servicio. Por regla general, sin embargo, no tardaba a subir al herbario, donde trabajaba hasta bien pasada la media noche…Mis recuerdos se abrían entonces como las páginas de un libro viejo y revivía las horas de feroz plenitud...Y sentía como al mismo tiempo que nuestra ciencia, me crecían las fuerzas que nos permiten afrontar los cálidos impulsos de la vida y dominarlos y conducirlos como caballos por la brida” (traducción de Tristán La Rosa para Ediciones Destino, Barcelona, 1993).
Nuestras horas de feroz plenitud tras el telescopio. 

martes, 8 de diciembre de 2015

VOLVIÓ EL CATALINA!

Después de casi 3 mese sin poder observar un cometa (hicimos varios intentos infructuosos con cometas a muy baja altura y de magnitudes superiores a 12), pudimos volver a observar, y lo hicimos con el último que habíamos observado, el C/2013 US10 Catalina.Si no hubiera sido por “Pancho” Alsina Cardinalli, nos habríamos ido a dormir sin observarlo, fascinados por la Luna que asomaba sobre el horizonte del próximo día. Pero, ahí estaba, a sólo 4 grados sobre el horizonte, pero visible en el ocular de 40 mm. Por supuesto, no era hora de volver a conectar la cámara, hacer foco e intentar una foto, que tampoco seria muy nítida. Solo nos quedó para compartir el reporte que hicimos a la LIADA:

C2013US10 2015 Dec. 08.30 UT: m1=6.6, Dia.=5’, DC=4, Cola:NO; 25 cm. SC-T (40x); Mét. Sidgwick, Cat. Tycho II; Alberto Anunziato (Oro Verde, Argentina). 

miércoles, 2 de diciembre de 2015

¿ENJAMBRE DE COMETAS O ESFERA DE DYSON?

El debate astronómico más interesante del momento es, sin lugar a dudas, la causa del extraño comportamiento de la estrella KIC 8462852, una estrella de la secuencia principal de tipo espectral F3 a casi 1500 años luz de nosotros y ligeramente más grande que el Sol. Fue registrada por el telescopio espacial Kepler en su búsqueda de exoplanetas mediante el método del tránsito (registrando la disminución del brillo de la estrella cuando algo-un planeta-se interpone entre ella y el Kepler). Esta noticia que ha puesto en vilo a astrónomos y ufólogos por igual se ha originado gracias a la ciencia ciudadana, aunque pocas veces aparezca mencionada su participación, ya que los datos de Kepler son analizados por los participantes de la iniciativa Planet Hunters.
La gran anomalía de KIC 8462852 es que la disminución de brillo no es la típica de un exoplaneta (mucho menos que un 1%) sino que la curva de luz indicaba que algo pasa cada cierto tiempo por delante del disco de la estrella reduciendo su brillo en un 20%, sin que esa disminución aparezca a intervalos regulares, como sería si se debieran a un planeta.
La explicación más razonable, la de un disco de escombros orbitando la estrella, sería imposible, ya que los discos protoplanetarios aparecen en estrellas jóvenes, mientras que nuestra estrella ya está madura, en su secuencia principal.
¿Y entonces? Y entonces aparecieron dos versiones contrapuestas y extremas.

1.- El astrónomo Jason Wright sostiene que la luz de las estrella sería bloqueada por un sistema de paneles “solares” que la orbitarían y que aprovecharían su energía para una civilización tecnológicamente avanzada-que habría construido una “esfera de Dyson”. La hipótesis venía avalada por los radiotelescopios del SETI apuntando hacia ella en búsqueda de señales. Señales que los seguidores de Carl Sagan se negarían a analizar si no fueran “matemáticas avanzadas”, si los ET quieren decir “hola” simplemente, serán apropiadamente ignorados.

 Hubo un gran revuelo con la bendita esfera de Dyson, los escépticos a ultranza se negaban a la duda, hasta desconfiaban del SETI, el gran puente entre creyentes y cientificistas.
2.-Hasta que apareció un paper de Tabetha Boyajian et al., que afirma que la disminución se debe a la fragmentación de uno o varios cometas que recorren una trayectoria alterada por el paso de una estrella cercana (que estaría identificada) que los lleva a una órbita muy próxima a KIC 8462852.
El enjambre de cometas era una hipótesis científica y el misterio de KIC 8462852 se dignó así aparecer en muchos medios que lo habían ignorado mientras no hubiera una hipótesis astronómica viable.
Ambas hipótesis tienen sus contras. Una esfera de Dyson (cuyo funcionamiento especulativo puede encontrarse en el artículo correspondiente de Wikipedia) produciría muy probablemente un aumento en la cantidad de radiación infrarroja en el espectro emitido por la estrella, lo que no se ha comprobado en este caso (por el telescopio espacial Spitzer). Los eventos de disminución se registraron sólo en 2011 y 2013 y no son periódicos. Además, la esfera de Dyson es una idea humana, implicaría una civilización extraterrestre que fuera muy similar a la nuestra, al menos en sus enormes necesidades de energía.
La hipótesis cometaria, a mi entender, sería en cierta manera una hipótesis ad-hoc, porque sería el primer caso de un cometa o familia de cometas con una masa tan enorme como para producir un eclipse de la estrella central (los cometas son los “restos” de la formación de un sistema estelar, por lo que su masa es una fracción muy diminuta de la masa del sistema en su conjunto). Pero los datos a su favor son más pesados: la falta de aumento de la emisión en infrarrojo sería una prueba a favor de la hipótesis cometaria. Esta hipótesis tiene la ventaja de poder ser comprobada analizando las emisiones de gas y polvo de los cometas y, sobre todo, analizando futuras disminuciones en el brillo de la estrella: la hipótesis cometaria no predice nuevas disminuciones.
En lo que están de acuerdo ambos “bandos” es que se necesitan nuevas observaciones para apoyar las hipótesis. Es que modernamente no podemos vivir sin hipótesis.


 Esta ilustración de artista muestra una estrella detrás de un cometa fragmentado. Crédito: NASA/JPL-Caltech.