domingo, 26 de junio de 2016

LA PARTICIPACIÓN ARGENTINA EN EL PRIMER COMETA ARTIFICIAL (PARTE I)

Una historia poco conocida de la ciencia argentina es la decisiva participación de la Argentina en la realización del primer cometa artificial (al que nos referimos en una entrada anterior, http://cometasentrerios.blogspot.com.ar/2016/06/un-cometa-artificial.html).
La capa superior de la atmósfera recibe un constante bombardeo de partículas, sobre todo provenientes de la radiación solar. Esto produce una franja permanentemente cargada electrónicamente que se denomina ionosfera, saturada de electrones libres y ubicada entre los 60 y los 1000 kilómetros de altura sobre nuestro planeta. Las comunicaciones de larga distancia utilizan a la ionósfera como medio de propagación. Por ello es objeto de estudio detallado y constante, habiendo todavía manifestaciones ionosféricas no suficientemente conocidas.
Una de las autoridades mundiales en los estudios de la ionosfera y magnetosfera es el argentino Comodoro Dr. Arnaldo Valenzuela, que fue nada menos que Director Científico del Instituto Max Planck de Alemania. Fruto de su carrera en Alemania fueron numerosos trabajos conjuntos con Argentina, como el programa EGANI (Experiencias Germano-Argentinas con Nubes Ionizadas) iniciado en 1972,  y la  Experiencia de Puntos Conjugados desde la Antártida Argentina (1975), cuando se lanzó sobre la Base Marambio una nube de plasma visible y se observó su desplazamiento a lo largo de las líneas del campo magnético terrestre. Valenzuela se doctoró en física en el Instituto Balseiro. También fue director de la Comisión Nacional de Investigaciones Espaciales entre 1986 y 1988.
El primer cometa artificial de la historia consistiría en una inyección de bario realizada desde el satélite alemán IRM (Ion Release Module) que surcaría la magnetosfera terrestre mientras sería observado y filmado desde un Boeing 707-320C de la Fuerza Aérea Argentina y un Convair 900 de la NASA. El director científico del proyecto AMPTE (Active Magnetospheric Particle Tracer Explorers) era el Comodoro Dr. Arnoldo Valenzuela.
En la edición de Septiembre-Octubre de 1991 de la revista Aeroespacio el propio Dr. Valenzuela explicaba el rol argentino y la conveniencia de usar aviones para el experimento:
“El Dr. Valenzuela explicó a Aerospacio la conveniencia de utilizar aeronaves para las observaciones, en lugar de hacerlo con satélites. “El avión brinda una gran flexibilidad, ya que permite cambiar el rumbo a voluntad, mientras que el satélite tiene una órbita prefijada. Argentina está especialmente calificada en el área espacial de la física de plasma. Debe recordarse que fuimos los únicos que realizamos este tipo de trabajos y no hay otros proyectos el mundo. La prueba de ello es que un país como la URSS nos haya solicitado permiso para tomar parte de este programa”.
Un detalle curioso es el “curriculum vitae” del Boeing 707 argentino matrícula TC-91 que participó del experimento: fue encargado por el Presidente Perón en 1973 para ser el avión presidencial, aunque no llegó a serlo, fue destinado a la Fuerza Aérea Argentina, Grupo de Transporte Aéreo de la I Brigada Aérea delPalomar, Provincia de Buenos Aires. Entró en combate en Malvinas, en 1984 participó del experimento que reseñamos, luego fue el avión presidencial del Dr. Alfonsin, realizó transporte del personal del Ejército en misiones de paz a Croacia, Mozambique, Haití y Chipre. Su último vuelo fue en 2006 y desde entonces se encuentra, junto con los otros 4 Boeing 707 de la Fuerza Aérea, abandonado esperando el anunciado desguace, lo que incluso ha generado protestas en las redes sociales, ya que son aviones con relativamente poco uso e incluso al TC-91 los alumnos de la Escuela Técnica de la Base El Palomar le hacen mantenimiento.

Las fuentes de esta serie de entradas son los siguientes artículos:
“Un hacedor de universos argentino” por Pedro Ugarte en “Aeroespacio” nº 436 (noviembre-diciembre 1983).
“El primer cometa artificial” por Rubén Oscar Palazzi en “Aeroespacio” nº 444 (marzo-abril 1985).
“El satélite CRRES estudia la atmósfera” por Ricardo Mendez en “Aeroespacio” nº 483 (septiembre-octubre 1991).

La idea original de esta serie de entradas pertenece a Juan Manuel Biagi-experto en astronáutica de la Asociación Entrerriana de Astronomía, quien me facilitó las publicaciones mencionadas.

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