lunes, 6 de febrero de 2017

UNA “CASA HECHA DE COMETAS”. LA COMET HOUSE DE E. E. BARNARD


La historia de la astronomía cometaria es la más apasionante de las narraciones sobre la ciencia como aventura. El descubrimiento de cometas fue hasta hace un par de décadas la aventura de astrónomos amateur  en pugna por demostrar su paciencia y sus habilidades observacionales. Hoy quedan pocos grandes descubridores y sólo ellos pueden competir con los grandes telescopios que descubren cometas como efecto colateral de otras investigaciones, mayormente sobre asteroides peligrosos.
Pero  en el siglo XIX la aventura de descubrir cometas era el máximo desafío de los astrónomos, obsesionados con el sistema solar porque aún no se había determinado que muchas de esa molestas “nébulas” que no había que confundir con los cometas, eran galaxias.
Para uno de estos aventureros el descubrimiento de cometas le dio la posibilidad de comprar y construir su casa, y fue el inicio de una carrera astronómica que lo sitúa entre los astrónomos más importantes de la historia. Se trata de Edward Emerson Barnard. Su historia es increíble.

Su infancia estuvo marcada por la pobreza más absoluta. Para olvidarla, y la muerte de sus padres, solía mirar los cielos nocturnos con especial detenimiento. A los 9 años comenzó a trabajar de asistente de un fotógrafo y luego consiguió un libro de astronomía y a partir de ese momento comenzó una ascendente carrear que lo llevaría a los observatorios de Lick y Yerkes y a enseñar astronomía en la Universidad de Chicago. Su impresionante lista de logros astronómicos puede consultarse en la web, pero lo que ahora nos interesa es el descubrimiento en 1881 (y con su telescopio personal de 130 mm.) del C/1881 S, su primer cometa. Meses antes, un multimillonario filántropo, Hulbert. Harrington Warner, había instituido el “Warner Prize”: 200 dólares a quien descubriera un cometa. El primer cometa de Barnard le reportó el dinero para comprar el terreno, pero la pobreza seguía apretando, así que el segundo cometa lo sacó de apuros. Finalmente fueron varios los cometas por los que embolsó del excéntrico Warner (cuya historia astronómica merece otra entrada por sí misma) el premio en dinero (hay fuentes que dicen 5, otras 8). La casa que vemos abajo, en la Belmont Avenue de Nashville, fue “hecha de cometas” según el propio Barnard y era conocida como la “Comet House. Son 19 los cometas que descubrió Barnard hasta su muerte en 1923 a los 65 años, uno de ellos fue el primer cometa descubierto fotográficamente.



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